En base a la experiencia de países donde la normativa se encuentra en plena implementación y ante noticias desde fuentes abiertas, se discutió respecto a la metodología de evaluación en bioriesgo, su dinámica y las preguntas que guían el control actual en investigaciones relacionadas a patologías zoonóticas, organismos modificados genéticamente y al control de exportaciones e importaciones de bienes biológicos, y la importancia de incorporar el uso de tecnología de cifrado de datos, y de la matriz de Cieslak como una herramienta que permita monitorear parámetros de investigaciones y agentes biológicos en escenarios de potencial uso dual. Todo lo anterior, mediante propuestas generales de solución para revisar y actualizar las capacidades existentes en bioseguridad, establecer una estrategia nacional de bioseguridad a través de la evaluación de los programas y diseñar de hojas de ruta para la mejora a largo plazo.
Finalmente, se procedió a responder las preguntas por parte de los asistentes, destacando la idea principal que todo lo aplicado en esta área es inversión, que para el logro de la organización en aspectos de bioseguridad se requiere trabajo en equipo, coordinado e integral, con alta preparación, capacidad de comunicación y con demandas altas en liderazgo para lograr una ciencia responsable que equilibre la libertad científica con un control ético, y con un recorrido por las instalaciones laboratoriales, todas con estándares internacionales de cumplimiento en biocustodia, procesos de control permanentes y un sistema operacional integrado.
Cabe destacar que estas actividades de cooperación mutua entre la DGMN y la comunidad universitaria buscan establecer puentes de cooperación técnica permanente, remarcando el impacto de la acción eficiente en los principios de Bioseguridad y Biocontención emanados de la ley, teniendo como único fin el uso pacífico de los bienes biológicos, evitar la proliferación y, por consiguiente, reforzar la protección de la población desde la base de la educación y del bien hacer.